Releyendo: Los libros de terramar y comentario a dos manos

La primera vez que leí esos cuentos fue en la isla. Sería el año 91, el año que viví en peligro.
La segunda fue en los noventa, en la rica casa de Monseñor Eyzaguirre. También entonces leí los 4 tomos.
Hace poco, Dugueiroz andaba por BA con James y descubrió que había una
quinta entrega de los libros de terramar. El otro viento se llama.
Le encargué los libros para Anay. Aún no se los he dado pues he comenzado
nuevamente la relectura de los mismos.
Es, como imaginarás, una lectura de no parar. Hace apenas una semana que he comenzado y ya estoy en el cuarto tomo, Tehanu. Rememoré con este último
la rabia que me dio: no es cosa fácil cuando el héroe, el creador de los portentos, se descubre
un simple mortal, más desvalido aún pues se enfrenta a una vida para la cual nunca se preparó ni imaginó.
En estos tiempos donde no hay milagros y los héroes son pocos (bomberos, uno que otro policía, un buen samaritano) recordar que se es simplemente un ser humano tiene sus gratificaciones.
Le voy a mandar un emilio al vaquero para ver si le sirve de algo.

Click!
What would Harry Potter do in this case?
The thing is that there is not much mistery in everyday life ergo
people prefer some other things, children prefer some other things.
Click!

Bueno, que llegó la madrugada y creo que ya se me acaba la duracell.
Lo ventajoso, si es que se puede decir algo así, es que con los enanos fuera de la ciudad de humo resulta más fácil perder el tiempo.
También el no perderlo.
Agora me toca re-conocer a un chico de 15 años, callado, un poco introvertido y que poco a poco, como un niño pequeño o un animalillo salvaje, se acerca y te mira, y te mira, y te mira.
En eso estamos. Veremos qué trae el barco.
Fuera sopla el viento de la madrugada.
Madre duerme, insomnia mi hijo y mi sueño se acerca lentamente por los pasillos de la mansión a tomar té con James.
Estos son días de retomar: amistades, familiares, lluvias y tazas de café.
Qué horas son mi corazón
Manú Chao
b. plus James