Caraxus y que acabo de escribir un poquito sobre política y de alguna manera no se cargó... ¿Serán los dioses de la telecomunicación, pregúntome?
En fin
Clic!
París, después de mucho y con la mano apoyada en la frente
Eres la luna de enfrente
que se refleja sobre el pasto
y que
milagrosamente
no es verde.
La maravilla y el arrojo de una palabra
dicha por no sé quien
saltándome a la vista desde
siempre desde
una ventanilla de tren.
En el bosque distante y ajeno
a la ciudad
eres el misterio, lo que pasa dentro, entre los árboles
y nadie sabe nada, en
el otro bosque esparcido en la ciudad,
desvanecida su altura de cielo para dar a luz
alturas de templos, iglesias y catedrales
eres
la sombra doblando las esquinas, el temblor leve
de las cosas cuando el estremecimiento de la tierra
el
gélido viento llegando desde el futuro (¿pasado tal vez?)
invierno
hasta mi rostro.
Yo soy nada
el último de tres puntos en suspenso,
dos puntos con suerte,
el comienzo de una oración
donde llueve tu nombre
domingo, febrero 20, 2005
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