Y eso.
No sé cómo caraxus lo logré, pero ahí estaban sentados ambos.
James y Dugueiroz.
Fumadores empedernidos, comenzaron a hablar de café, que Arabica, que el apartamento, que venir a Santiago en otoño, que la política, que de un restorante francés donde
terminamos anoche.
Pensé que iban a sacar chispas de rabia y discordia, pero fue una sacada de chispas de piedra de yesca, de Zippo viejo y plateado, de vino tinto dejando un vaho alrededor nuestro y lenguas moradas...
Machas y ostiones a la parmesana, kir royal, pan, mucho pan, y más vino aún...
Ya paso la palabra:
D: Es que para mí eso sigue siendo un secreto, el de la buena afeitada.
J: Preferiría discutir otros secretos, pero comparto la opinión de marroncito, de que eso es un arte.
D: No tengo ganas de hablar más.
J: Entonces coma y tome vino.
D: Salud
J: amor y pesetas y fuerza en la bragueta
yo: Cambio y fuera
viernes, mayo 20, 2005
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