domingo, enero 22, 2006

Lecturas de enero

de este dosmil 6, para compartir con los demás pasajeros.

Libro de Raquel de Martin Amis.
Su primera novela, publicada en el 1973, es una delicia. Claro que en una reseña como en una crítica de película, como bien me dijo Basáez, hay muchos factores al margen de la película misma. Tal vez hace falta un buen ánimo, días de sol, un buen sofá o la cama acogedora. Y sobre todo, disposición. Lectura rápida, inteligente, con buen sentido del humor y mucha desfachatez. Bien escrito, mordaz y asertivo, su lectura (traducida en la versión compacta de Anagrama, por un barcelonés o para españoles) la imagino deliciosa en su idioma original. Pero claro, fue por un asunto táctico que traicioné la premisa de leer a los escritores en sus idiomas originales y opté por esta versión (que por lo demás deja que desear. Y es que, CARAXUS, los de este lado del mundo no tenemos porqué saber el significado de guarro, hortera o furcia: tarjeta amarilla para Anagrama.) Pues esta novela le valió el premio Somerset Maughan, lo que le valió el apodo del Enfant Terrible de la literatura inglesa. Ya no es enfant pero sigue siendo terrible. En cuanto a
ANAGRAMA
tengo 8 libros de Amis por Anagrama. Varios en compacto y otros en formato grande y TODOS, todo, están traducidos por personas distintas. ¿Qué pasó? Tal vez no hubo acuerdo entre traductor y autor, entre traductores y editorial.. vaya usted a saber..

En curso: Éxito (Amis), La guerra del Cliché (Amis), 7 Conversaciones con Bioy (Sorrentino), El pretexto del sueño (Steimbeck)...
Pues, en uno de los comentarios que hace Bioy sobre su país, se refiere a que la estrechez de Argentina comenzó en 1943. Desde entonces, los sucesivos gobiernos de ese país han ido estrechando cada vez más la existencia de sus compatriotas. Y eso mé sonó tan lugar común de todos nosotros. Países ricos, estrechados por los gobiernos de turno y por aquellos que juegan al ajedrez con nosotros.
Si bien es cierto que hubo un par de años en que la frivolidad era lo que marcaba la tónica de las conversaciones (sé de un país donde sigue igual la cosa) y basta recordar el circo del imperio con el asunto Clinton, el vestido azul, OJ Simpson y demases. Pues ahora, a eso se suma (pues no cesa lo frívolo) la estupidez y la paranoia. Hmmm camisa de once varas... clic!
Candela ha servido champaña para Dugueiroz y para mí. James anda ahora en Escocia, visitando su castillo en las afueras de Edimburgo.. En fin, ¡salud!
b.

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