Y al principio marroncito me había dicho que iba de viaje a esa ciudad y lo que me quedó dando vueltas fue Chómpiras, no Shoraipa. Pero chómpiras es un personaje de la niñez de muchos, de ahora y de antes y
darling
esta ciudad es un caso.
Llegué el sábado pasado y me he dedicado a recorrer la ciudad.
Diría pueblo, pero hay que guardar el respeto, así que la ciudad.
No es una experiencia religiosa esta, debo agregar sin reparos ni escatimar adjetivos matadores.
Cero sofisticación, pero no se le puede pedir peras al olmo.
Voy a comenzar con las jóvenes, que parecen realmente vivir en una competencia.
¿Dije las jóvenes? Pues ellos también.
La competencia es de quién se ve peor, más desastroso y sucio.
El pelo mal cortado, pero esa es una moda que se ve en todas partes.
Caminando por el centro comercial y por barrios bohemios,
me sentí tentada de ver la apacible convivencia entre la juventuz zoológica y los adultos. Claro, eso porque no estaba pensando en los adultos.
¡Qué horror!
Pocos se salvan... Es como si el asesor de vestuario fuera un payaso, lo que te da las combinaciones más absurdas.
De repente, aparece alguien digno de ver (jamais entre los jóvenes, querida)
y Shoraipa parece quedarse en off, en una ausencia algodonada de ruido y esa persona
se mueve como si flotara sobre las miradas del resto, del vulgo
que sin duda la ve como una marciana
o una estrella de cine.. ..
Bueno, ya sigo con las entregas sobre Shoraipa...
Suerte que he traído mis pastillas para la alergia: no te imaginas el eczema que me produce el mal gusto..
uffff
Bueno, las y los veo..
C
viernes, enero 13, 2006
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