martes, marzo 29, 2005

Semana santa

Hey
Y pasó la semana santa. Otra vez, los rituales humanos de rememoramiento y observación de los días de guardar nos traen recuerdos de niñez, placidez y flojera de domingo por la tarde (pre niños) y, en el mejor de los casos, por allá por la isla que navega a mediodía, Arroz con leche y habichuela con dulce...
Pues bien, al César lo que es del César. El hombre, palestino por nacimiento, nació, tuvo su infancia como hijo de carpintero según cuenta el libro de libros, desapareció unos buenos años

ABRE DISGRESIÓN
Dicen que varias cosas estuvo haciendo el Cristo. Varias, pero da fe su consiguiente desarrollo que dos fueron seguras hechas por él. Una jugando el juego sagrado, básquet o baloncesto para el vulgo, y escribiendo poesía.
CIERRA DISGRESIÓN


y volvió a aparecer ya barbado y en la veintena. Que estuvo por allí con los esenios, que por otro lado, que fue más hacia oriente, que más a occidente. Dicen que escuchaba voces, que hablaba con el Padre, con su padre que no era el terrenal sino otro, más alto, más en los cielos, más todo en fin...

ABRE DISGRESIÓN
Cualquier similitud con el vaquero W es pura coincidencia.
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Esa es una gran ventaja si uno lo piensa en frío, eso de ser el primogénito del Altísimo, del que se las sabe todas, del que además sabe el final de la novela que escribimos cada día desde nuestro libre albedrío. Bueno, eso con el hijo. Por ahí no hay mujer si la trilogía de Papá, Hijo y Tío polimórfico (y dígame que no si al tío le da con convertirse en paloma y andar jugando entre las túnicas de las vírgenes). Pero, ¿habrá algún otro me pregunto, algún hijo adicional del que nadie quiere hablar o hacerse cargo? ¿Alguien que no sea tan audaz o famoso como el hijo que vino a morir en el madero? No sé. Pero esa fue la semana, que por lo demás nunca es la misma cada año, en que a Junior le hicieron pasar las mil y unas, y no noches precisamente.

ABRE DISGRESIÓN
A mí me parece, que el asunto de la religión es bastante parecido al amor. Usted cree o no cree y punto. Separación de religión y estado. Pero bueno, parecido al amor en que usted puede emitir sus pensamientos y sentires desde dos frecuencias: la del corazón y la de la intelectualidad. Cuando uno se enamora, es todo sentir, todo corazón. Plath o Hughes (que el poeta que no el multimillonario) decían
What happens in the heart,
Simply happens.
En fin. Pues si usted transmite desde la fe, es otro mundo el que verá. Compruébalo viendo a los evangélicos (a los encaramados en la isla, ah, que me gusta ese nombre) que realmente viven en otro mundo. Están acá, pero no lo están. Su preocupación es definitivamente otra. Jesús dijo, sip, el mismo, “Mi reino no es de este mundo.” ¿Será esa me pregunto la salida a la que apelan los fervorosos creyentes. Je ne c'est pas mon ami.
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Y al final, como pasa con todo el mundo o casi todo el mundo descontando esos que se los llevan en carros de fuego y olé, Jesús (Junior como le llaman en la casa paterna) murió, guindó los tenis, kaput, tan tan. Y acá estamos aún, recordándole, recordándole, recor
Dándole.

Entonces los huevitos, los huevos. JA me dice que la costumbre llega de las Uropas centrales. No me cabe duda. En estos días aciagos y de corre corre, quizás no tú o yo mas la mayoría se ha inscrito en esta circuito de fórmula uno, la manía de esconder huevos de chocolate nos viene de los nortes dolareños. Sip. Pues, bueno, cocer los huevos. Ya duros, pintarlos de colores brillantes, ponerlos en canasta. Esos son los de decoración

ABRE DISGRESIÓN
Hay quienes buscan similitud entre huevos de Pascua y los de cura. Pero bueno, últimamente se ha hecho público que hasta los de cura tienen más uso que esos decorados por los niños estadounidenses
Amén
Así sea mierma no.
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En fin. No entiendo bien, en qué parte de la Bible se dice que una vez que Junior entornara los ojos, salieron los niños palestinos a buscar huevos de chocolate. O no, mejor así, el hijo del Hombre muere (nunca he sabido tampoco por qué le dicen el hijo del Hombre) y un conejo aparece de la nada. Este conejo, mamífero según el libreto entregado en los primeros días del Génesis y luego ratificado durante el acuerdo del gran diluvio por nuestro querido Noé (a quien nos une el amor por el vino), decide dejar de parir y decide empollar. Es decir se convierte en ponedor. Bueno la coneja debería ser, digo yo, pero dice la tradición que es el conejo quien pone los huevos. Aunque si uno toma eso literalmente, pues bien, él pone los huevos. De ahí el siguiente teorema que a bien tengo compartir con vuestras mercedes:

Hipo Guan: La muerte de Jesús el hijo del Hombre (¿será este título para no tener problemas con José?) hizo que los huevos del conejo fueran desprendibles.

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Dios: Que no José, que tú eres el hombre.
José: ¿Que no estoy seguro? ¡Que no la he tocao joder! Además me siento cursi.
Dios: Son las cursivas. Y es que no la ha tocado nadie. Y si alguien la fuese a tocar serías tú, pues tú eres el hombre.
José: Si eso lo tengo claro. Pero es que ese cuento de la paloma...
Dios: Vamos, hombre de poca fe. Tú eres el hombre y la paloma es la paloma, tal como los negros son negros y los chinos amarillos.
José: ¿Quienes son los chinos? ¿También están metidos en esto?
Dios: No.. (y Dios encoge los hombros gigantescos y translúcidos y se mesa la barba, como hace cada vez que pierde la paciencia). Dejémoslo así. Desde hoy en adelante, el fruto del vientre María será llamado el hijo del Hombre, aunque sea mío. ¿Vale?
Pepe: Pues vale... Joder.
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Hipo Tu: Los huevos desprendibles, extraíbles (como a usté le dé la gana de llamarlos) se caen envueltos en papel de aluminio

Hipo Tri: El papel de aluminio fue usado por primera vez en la Palestina de Cristo.

Hipo For: Al conejo le vuelven a salir huevos, que son de carne y sustancia.

Hipo Fai: Cada año, indistintamente de la fecha, al conejo se le caen los huevos convertidos en chocolate.

Hipo Sics: Alguna madre para calmar a los enanos y tal vez al marido (recuerden que no había tele), se le ocurrió mandar a todos a recoger los huevos desechables del conejo....

Bueno. Voy a consultar con James para ver qué opina de toda esta huevada de chocolate.


Aldo Iván Rodríguez © 2005 Todos los derechos reservados.

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